La telefonía móvil hace tiempo que tiene distintos usos más allá de hacer
llamadas o recibir mensajes. Sus aplicaciones han evolucionado tanto, que a día
de hoy el móvil se ha convertido en una herramienta en la lucha contra la
pobreza en países en vías de desarrollo ligada a los microcréditos. Según datos
de la entidad CGAP, el número de personas en países pobres con móviles asciende
al 52%, mientras que los individuos que disponen de cuenta corriente solo
alcanzan un 26%.
Con esta información encima de la mesa, las instituciones de microfinanzas
(IMF) han visto la posibilidad de unir las nuevas tecnologías y los
microcréditos, con el objetivo de hacer llegar a millones de personas los servicios
financieros básicos de los que actualmente están excluidos.
Pagar un recibo, consultar el saldo, enviar una transferencia o pagar un
préstamo con el móvil es ya una realidad para las personas con escasos recursos
de África, Asia y América Latina.
¿Qué han conseguido las IMF implantando este sistema? Pues en un principio
reducir los costes en personal y de logística, lo que supone el descenso de los
intereses crediticios a sus clientes. En segundo lugar, la posibilidad de
acceder a muchísimos más usuarios independientemente de su localización.
Aunque se trata de un sistema que tiene cada vez más adeptos, su
implantación es compleja e implica una importante inversión para la IMF.
La CGAP en su informe “Microfinanzas
y banca móvil: La situación hasta el momento”, detalla las claves para que
una IMF consiga con éxito establecer este sistema. A través de ejemplos reales,
expertos en la materia aconsejan a las entidades entre otras cosas, que antes
de desarrollar un procedimiento propio de banca móvil, es recomendable
colaborar con operadores de redes móviles del lugar o bien asociarse con otras
instituciones que busquen el mismo fin. También sugieren probar con servicios
simples como envíos de información antes de acceder a otros más complejos.
Es evidente de que se trata de un proceso complicado que supone a la vez una oportunidad de dimensiones increíbles para millones de personas. Nos encontramos en una nueva etapa para las microfinanzas, pero aún tendremos que esperar un poco para analizar los resultados.